sábado, 7 de enero de 2012

Night

Daniel Montes de Oca

 
“Es la primera vez que trabajo en esto”, afirma con voz de niña y mirada inocente, aunque en el escenario, al compás de ‘Rabiosa’, el éxito del momento de Shakira, sus movimientos destapan a una profesional de la noche…
‘Valerie’ es originaria de Coahuila y a sus 20 años sueña con ser “artista o algo así”. Mientras eso sucede, de lunes a sábado, bajo la mirada atenta de la luna, gasta sus veladas bailando en un lugar para caballeros.
Aquel martes el sueño la vencía, pues el recinto estaba vacío y aunque está obligada a figurar en la pista cada cierto tiempo, desistió en por lo menos dos turnos, acomodada en el rincón de un sillón rojo, en donde intentaba aminorar el frío abrazando sus rodillas.
El arribo de un grupo de amigos la despertó, pues como promoción en el consumo de una botella se ofertan cinco bailes con chica a elegir. Ella fue la primera seleccionada, y en los tres minutos que dura el ‘cuerpo a cuerpo’, conoció al que calificó como “una linda compañía”…
Para ‘convivir’ con una ‘señorita’ en el Table Dance es regla invitarle una copa; sin embargo, ella rechazó la presión del mesero, cuando éste se lo sugirió a su acompañante, argumentando que se la estaban pasando bien y que el establecimiento estaba por cerrar.
“Me piden mucho para hacer camerino, pero te juro que yo sólo bailo”, contó con tono de súplica. Y es que “hacer camerino” implica tener sexo con el cliente bajo la tarifa que ella establezca o la que esté dispuesto a pagar el interesado.
Asegura que ha rechazado dos ofertas apetitosas: 30 y 50 mil pesos. “Ambos (clientes) venían con sus choferes y hasta hablaron con el gerente para que me convenciera, pero yo no me vendo; aquí estoy de paso, este lugar no es para mí por mucho tiempo más”.
Mientras platica, ‘Valerie’ fija la mirada en su interlocutor y lo conquista en cada aseveración. “Nunca dejes de sonreír”, le dice y lo remata.
Luego tres minutos de baile y de casi una hora de charla, otro mesero pone fin al encuentro, avisándole al ‘caballero’ que sus amigos están por abandonar el lugar y ya lo esperan. Ella, quien se negó a decir su verdadero nombre y ofreció vagas pistas sobre su lugar de residencia, le pide al ‘príncipe’ de esa noche que la vuelva a buscar, y le promete que si cambia de trabajo, dejará dicho en dónde puede encontrarla…
El diminuto atuendo azul que ajustaba perfecto en la excesivamente esbelta y encantadora figura, se tatuó en la mente del esporádico visitante al ‘Table’, quien en el trayecto de regreso a su casa se descubrió sonriendo como si estuviera posando de forma constante para una fotografía.
Esa noche en el ‘Night’ ella conoció a un tipo que la ‘atrapó’ con su discurso sencillo y fáciles bromas, y él se enteró que puede sonreír más seguido, aunque sea incluso al recordar un banal romance de a mentiras…
DRMO
6 de septiembre de 2011

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