lunes, 15 de octubre de 2012

Las personas


Daniel Montes de Oca

“Las personas se enamoran de las personas”… Así de simple; así de complejo. Con esta frase, alguien, alguna vez, enterró las preferencias sexuales y le dio eternidad al amor.
Decía Shakespeare que “la vida es un gran escenario en el cual hombres y mujeres son los personajes principales”; pues bien, en esta ‘obra de teatro’ en la que impera la búsqueda de una pareja como pretexto perfecto para acceder a la felicidad, nadie está exento de vivir el drama y la comedia; la algarabía y el desazón; la música y sus silencios.
Somos una tribu hambrienta de compañía, estamos en caza permanente y devoramos cualquier esperanza que nos susurre al oído un futuro lleno de luz.
Muchas veces acertamos en la elección y nos eligen; bendita coincidencia. Otras, erramos y no somos correspondidos; ley de vida.
La plenitud asoma y coquetea, pero no cede ante tímidos esfuerzos. La oportunidad toca a la puerta y pasea por los pasillos, aunque tiene poca paciencia con los que se atreven a ignorarla.
La tristeza es un estado transitorio y necesario que puede volverse perenne si lo adoptamos como el argumento que explique nuestra ‘mala suerte’.
Decía Dostoievski que “un momento de dicha es bastante para una vida entera”. Lo cierto es que nada nos basta, somos seres imperfectos que tenemos el firmamento como techo.
Lo cierto es que muchos no contamos en nuestros recuerdos ese instante que nos lleve a balbucear entre bostezos de nostalgia un “valió la pena”…
Estar a la espera de un golpe de suerte para encontrarle sentido a nuestro andar es como agonizar cada día con la esperanza lejana de nunca morir.
En ‘mi historia’ se encuentran anhelos frustrados, ilusiones intactas, pasajes inmortales, leyendas escritas, cuentos inconclusos, sueños sin insomnio, finales felices, principios inesperados, citas sin pactar, miedos en primera fila y un sinfín de etcéteras.
También he pensado en rendirme, también me ha abrazado el pesimismo, también me he sentido desamparado, también he llorado; también he creído que ‘las batallas contra las mujeres son las únicas que a veces se ganan huyendo’; pero también sigo en pie, listo para conquistar al porvenir.
Hoy tengo claro que NO quiero a mi lado a una mujer que ‘pare el tráfico’, sino a una que en medio de éste me acompañe y juntos poder disfrutar del caos…
“Las personas se enamoran de las personas”… Hoy, me voy a enamorar…
DRMO
Octubre de 2012

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